La temporada 2025 del Mundial de Fórmula 1 ha sido un desafío sin precedentes para los neumáticos suministrados por Pirelli, que recorrieron un total de 341.099 kilómetros. Esta distancia equivale a completar ocho vueltas y media alrededor del planeta, comenzando desde los primeros entrenamientos libres en Melbourne y culminando con la bandera a cuadros del Gran Premio de Abu Dabi.
Una temporada exigente con condiciones extremas
Según un comunicado de Pirelli, proveedor de neumáticos para la F1, esta cifra refleja una de las campañas más exigentes en la historia del campeonato. El calendario se amplió a 24 carreras distribuidas en cinco continentes, enfrentando a los equipos a «condiciones extremas», que variaron desde el intenso calor del desierto arábigo hasta las bajas temperaturas observadas en Las Vegas.
Rendimiento de los neumáticos slick
La gama de neumáticos slick de 2025, que cuenta con seis compuestos, representó el 96% del kilometraje total. Las gomas más utilizadas fueron la C3, con 93.493 km, y la C4, con 91.595 km, seguidas de la C5, C2, C6 y C1. El 4% restante se dedicó a neumáticos de lluvia, acumulando 12.893 kilómetros con intermedios y 2.064 kilómetros con gomas de lluvia extrema.
Estadísticas de paradas en boxes
Durante la temporada, los neumáticos completaron un total de 67.094 vueltas, de las cuales 64.519 fueron con slicks y 2.578 con neumáticos de mojado. Esto resultó en 720 paradas en boxes a lo largo del año. El Gran Premio de España lideró la lista con 53 ‘pit stops’, mientras que el Gran Premio de Miami registró el menor número, con solo 18.
Stints destacados y temperaturas extremas
El stint más largo del año fue realizado por Esteban Ocon, piloto de Haas, quien recorrió 303 kilómetros con un único juego de C3 en Yeda. También se destacó en Bakú, donde completó 294 kilómetros con C4. Otros registros importantes incluyeron los 251 kilómetros de Pierre Gasly con C2 en Shanghái y los 194 kilómetros de Lando Norris y Nico Hülkenberg con intermedios en Silverstone.
Las temperaturas extremas también influyeron en el rendimiento de los neumáticos, alcanzando un máximo de 58,2ºC en pista en Yeda, mientras que las mínimas fueron de 12ºC en Las Vegas. En esta temporada, Pirelli reafirmó su papel como socio técnico de la Fórmula 1, destacando la «complejidad logística» del campeonato.
