Jamal Halawa, un palestino que reside en Toledo, ha expresado su «alivio» tras el anuncio de un posible alto el fuego en Gaza. Sin embargo, advierte que, aunque esta tregua podría marcar «un punto y final a un genocidio que lleva dos años», no resuelve el conflicto que se ha prolongado desde 1948.
Un símbolo de esperanza en Toledo
Halawa ofreció una entrevista a Europa Press junto a un emblemático olivo que plantó en 2014, situado junto a la muralla de Toledo, con motivo del Día de la Tierra Palestina. Este residente, que llegó a España hace 49 años y es víctima directa de la ‘Nakba’ —la expulsión de cientos de miles de palestinos de sus hogares en 1948—, ha mantenido a lo largo de las décadas una firme conexión con la lucha por los derechos de su pueblo y ha denunciado las acciones de Israel en su contra.
Un punto y aparte en la violencia
“Me alegra que esto haya puesto un punto y aparte, porque lo que ha ocurrido, el acuerdo de la tregua y el intercambio de prisioneros, es un punto y aparte”, manifestó Halawa. Su alegría se centra en la finalización de los horrores que han marcado los últimos dos años de ataques israelíes. “Están utilizando las bombas más mortíferas que ha creado el hombre para matar a civiles. El 80% de las casas de Gaza ahora están destruidas, el 80%. Hay más de 20.000 niños muertos y más de 5.000 niños mutilados”, detalló con preocupación.
Halawa también compartió su experiencia al conocer a una familia de Gaza que ha sufrido pérdidas devastadoras. “Una niña ha perdido un ojo por una metralla y otro niño tiene la cara desfigurada por las explosiones”, relató. “Han perdido su hogar, su coche, su trabajo y la vida de su marido, que sigue en Gaza y corre peligro continuamente”, añadió, subrayando que el final de los ataques debe ser recibido con alegría, aunque no representa una solución al conflicto.
Un conflicto sin solución definitiva
A pesar de la tregua, Halawa enfatiza que esta no es la solución al conflicto. “Es solo una tregua”, advierte. Señala que el problema persiste debido al incumplimiento de los derechos de millones de palestinos en el exilio. “Fuera de Palestina hay al menos siete millones y medio de palestinos”, recordó, añadiendo que “todos los palestinos y sus descendientes tienen derecho a regresar a Palestina, según la resolución 181 de las Naciones Unidas”.
Aspiraciones de un estado en paz
Halawa también destacó que la resistencia palestina no se detendrá mientras persista la lucha por la liberación y la búsqueda de una solución duradera. Aspira a un estado donde convivan todas las religiones en paz y en democracia. “Queremos un estado binacional o trinacional, donde todos los habitantes de Palestina vivan en paz y libertad”, planteó.
El apoyo a la causa palestina crece
Por otro lado, Halawa celebra el creciente apoyo a la causa palestina. “Nunca en la historia de nuestro conflicto hemos tenido tanto apoyo y tanta simpatía”, subrayó. Atribuye este cambio a las tecnologías de la información, que han permitido a la gente ver en tiempo real lo que sucede en Gaza. “Por fin el mundo ha abierto los ojos y ha visto quién es Israel”, comentó, resaltando que “ni siquiera el régimen del apartheid de Sudáfrica era tan violento y asesino”.
Un conflicto con raíces profundas
Halawa considera que, más allá de la ofensiva iniciada tras el ataque de Hamas el 7 de octubre de 2023, la violencia de Israel es una realidad que se ha mantenido constante. “Lo está viendo todo el mundo en directo, pero yo he heredado esta historia desde 1948”, advirtió. “Lo que ocurrió en 1948 con mis padres, lo estamos viendo ahora en directo y a diario”, afirmó.
Esta toma de conciencia global podría ser clave para avanzar hacia el cumplimiento de las aspiraciones del pueblo palestino y poner fin a un conflicto, estableciendo una paz duradera en la región.