El Gobierno de Castilla-La Mancha, a través de la Consejería de Desarrollo Sostenible, ha estado involucrado de manera activa en el proyecto europeo Life RedBosques-Clima. Esta iniciativa, que comenzó hace cuatro años, ha sido fundamental para avanzar en una gestión forestal adaptable que protege la biodiversidad y fortalece la capacidad de los bosques para enfrentar el cambio climático, especialmente ante fenómenos extremos como las sequías utilizando soluciones basadas en la naturaleza.
Inauguración del evento final en Toledo
La directora general de Medio Natural y Biodiversidad, Susana Jara, inauguró el evento final de este proyecto, que tuvo lugar este miércoles en Toledo. Durante su intervención, Jara destacó que «el proyecto ha desarrollado herramientas innovadoras para evaluar la vulnerabilidad de los bosques y establecer estándares de calidad en las acciones de adaptación». En este contexto, mencionó un índice de riesgo frente a la sequía que ha evidenciado la alta vulnerabilidad de la mayoría de los bosques españoles, atribuida a su homogeneidad y escasa diversidad.
Objetivos del proyecto Life RedBosques-Clima
Durante la jornada, se expuso que el proyecto Life RedBosques-Clima ha trabajado desde 2021 en tres metas estratégicas. La primera consiste en promover buenas prácticas de adaptación en la gestión forestal mediante herramientas que faciliten la implementación de soluciones naturales, que incluyen un índice de vulnerabilidad y un protocolo de calidad para las medidas de adaptación, según comunicó la Administración regional.
En segundo lugar, el proyecto ha implementado actuaciones piloto en diferentes tipos de bosque para mejorar su capacidad de adaptación, involucrando a administraciones, propietarios y agentes locales. Finalmente, se ha buscado fomentar la transferibilidad y replicación de los resultados en todo el territorio, implicando a los principales agentes de gestión forestal.
Colaboración y financiamiento
Life RedBosques-Clima, cofinanciado por la Unión Europea a través del programa LIFE Climate Action, ha sido coordinado por la Fundación Fernando González Bernáldez. En su desarrollo han participado la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, la Generalitat Valenciana, Vaersa, la Generalitat de Catalunya, el Gobierno Vasco y el Creaf como socio científico. El presupuesto total del proyecto ha alcanzado los 1,57 millones de euros, de los cuales el Gobierno regional ha contribuido con 63.900 euros provenientes de fondos propios.
Actuaciones destacadas en Castilla-La Mancha
Susana Jara también mencionó que el Gobierno de Castilla-La Mancha ha liderado una de las acciones piloto más significativas del proyecto: la restauración de la diversidad forestal en el Parque Natural Sierra Norte de Guadalajara. En este lugar se han aplicado técnicas de selvicultura para favorecer la madurez y la heterogeneidad del bosque, promoviendo el crecimiento de frondosas como robles, hayas y abedules, y recuperando mosaicos con pastizales y matorrales de alta montaña mediterránea.
«La restauración ecológica en la Sierra Norte de Guadalajara es un claro ejemplo de cómo la colaboración europea y la ciencia aplicada son fundamentales para transformar nuestros paisajes y enfrentar el cambio climático», subrayó Jara. Esta iniciativa se ha llevado a cabo en el Monte de Utilidad Pública nº 276 ‘Cuartel del Monte’ en Peñalba de la Sierra, abarcando una superficie de 174,28 hectáreas, con un potencial de replicación futura de más de 20.000 hectáreas solo en el parque natural.
Presentación de resultados en el Palacio de Benacazón
El evento final, que tuvo lugar en el Palacio de Benacazón, se centró en la presentación de los resultados alcanzados en el proyecto, con la participación de socios, expertos científicos y representantes de diversas administraciones, organizándose en tres mesas temáticas.
Resultados del índice de evaluación de riesgo
En la primera mesa se presentó el índice de evaluación del riesgo frente a la sequía, que confirma la alta vulnerabilidad de los bosques españoles debido a su homogeneidad y escasa diversidad. Este índice permite identificar las características del bosque que proporcionan mayor resiliencia, tales como una mayor diversidad de especies de árboles, la coexistencia de ejemplares de diferentes edades y la existencia de claros o discontinuidades. Con esta información, se han propuesto nuevas medidas de adaptación enfocadas en potenciar estas características.
