La ciudad de Toledo, y más concretamente el monasterio de San Juan de los Reyes, es el eje central de los dos cuadros que forman la microexposición ‘Pizarro y Villaamil. Una visión del Toledo romántico’, que podrá verse en el Museo del Greco de la capital regional hasta el 5 de octubre.
‘Ruinas de San Juan de los Reyes de Toledo’, de Cecilio Pizarro (1825-1886), y el dibujo ‘Claustro de San Juan de los Reyes’, de Genaro Pérez Villaamil (1807-1854), son las dos obras que ha prestado el Museo Nacional del Romanticismo para esta muestra que busca presentar «dos maneras de entender el Toledo» que veían los pintores románticos del siglo XIX.
Así lo ha explicado, en declaraciones a los medios, el coordinador de la muestra, Miguel Alarcón, quien admite que, para los románticos, Toledo era «una auténtica joya por ser, por un lado, una ciudad medieval, que podríamos decir casi fosilizada en el tiempo», pero también cristiana con un pasado medieval y judío, lo que «tenía cierto componente evocativo».
El hecho de que estos dos pintores representaran el mismo monumento de Toledo «de dos maneras diferentes» ha sido clave para la elección de las dos obras. Así, mientras Pizarro representa San Juan de los Reyes «completamente en ruinas» y con un personaje que quizá «tenga algún tipo de carácter poético», Villaamil lo muestra ya «reconstruido», con los monjes paseando por el claustro de San Juan de los Reyes.
«Tenemos dos formas de captar una realidad aparente, pero con un cierto grado de carga poética que los distingue», ha detallado Alarcón Suárez, que explica cómo Pizarro, al representar este edificio tras ser destruido durante la Guerra de la Independencia, «añade un cierto interés desde el punto de vista romántico de esta idea del paso del tiempo, del pasado idealizado en desaparición».
Villaamil, que viajó por muchos puntos de España, tuvo a Toledo como «el sitio más representado» en su obra, teniendo en cuenta que el romanticismo fue un estilo «muy vinculado al viaje», y que había «pintores y artistas españoles que encontraban en Toledo un lugar privilegiado para la práctica de cualquier tipo de arte, desde la poesía hasta la pintura, pasando por el grabado», ha apuntado.
COMBINACIÓN «MAGNÍFICA»
De su lado, la conservadora del Museo del Greco, Carolina Tobella, ha invitado al público a ver esta microexposición con las obras de Cecilio Pizarro, que es un pintor toledano, que se formó en Toledo «y conocía la ciudad muy bien» siendo incluso conservador en el Museo de la Trinidad, y de Villaamil, «el paisajista español romántico por excelencia».
Una «combinación magnífica», ha declarado Tobella, que «enmarca muy bien todo lo que es esta época, también incluso la época de la creación del museo y nuestras colecciones», donde Toledo era «un destino inigualable» comparado con otros de Europa.
Coincidiendo con esta muestra, el Museo del Greco quiere también «poner en valor» gran parte de su colección arqueológica, teniendo en cuenta que sus jardines «están salpicados por muchísimos elementos arquitectónicos que formaron parte presumiblemente de San Juan de los Reyes, en concreto del claustro que desapareció con el incendio del 19 de diciembre de 1808».
«Una vez que empieza la restauración del claustro a finales del siglo XIX, todos esos elementos que se habían perdido son sustituidos por otros de nueva fábrica y los elementos originales se reparten por diversos sitios de la ciudad de Toledo y entre esos sitios están nuestros jardines», ha comentado la conservadora.
De hecho, de aquí hasta octubre, al equipo técnico del Museo del Greco le gustaría promover visitas a ‘Pizarro y Villaamil. Una visión del Toledo romántico’ que comiencen en los jardines y que incluyan «un recorrido más integral por todo el museo y que acabe en esta exposición», además de conferencias a cargo de académicos «que nos metan de lleno en esta época apasionante y que nos acerquen al conocimiento de estos artistas y también del museo».