La cineasta y escritora toledana Mabel Lozano marca su debut en el mundo de la narrativa con su novela ‘Ava’, publicada por la Editorial Alrevés. Esta obra ha sido reconocida con el Premio Letras del Mediterráneo 2025 en la categoría de Novela Negra. En ‘Ava’, Lozano aborda temas relevantes como la trata sexual y el fenómeno de las plataformas digitales, tales como OnlyFans, a las que describe como «entradas solapadas a la prostitución pura y dura».
‘Ava’: una novela que revela la dura realidad de la explotación
En una entrevista concedida a Europa Press, Lozano expresa: «En ‘Ava’ hablo de plataformas como OnlyFans, que los chicos y las chicas lo blanquean, y son entradas solapadas a la prostitución». La autora señala que, aunque la novela es «muy dura» al tratar «la explotación sexual comercial de las más vulnerables», también narra «una historia maravillosa de mujeres extraordinarias que merece ser contada».
Reconocimientos previos de Lozano
La cineasta ya había sido galardonada con el Goya a Mejor Cortometraje Documental por ‘Ava’ en 2024. Lozano explica que había muchas preguntas sobre su historia, que sólo podía ser narrada en 18 minutos, y decidió que la literatura alcanzaría a más personas, especialmente a la juventud. «¿Por qué en literatura? Porque llega a más personas y sobre todo también a chavales, a chicos y chicas jóvenes», enfatiza.
La trampa de las plataformas digitales
Acerca de plataformas como OnlyFans, Lozano advierte que representan una forma tradicional de captación de personas. «Es la forma de captar de toda la vida que a los chicos y a las chicas les parece muy moderno, sobre todo a las chicas. Es tu cuerpo es tu libertad, es fácil, vas a ganar mucho dinero», señala. Sin embargo, añade que «una vez que entras a plataformas como OnlyFans, en muchos casos, acabas en la prostitución, incluso pura y dura».
La autora también menciona que los proxenetas ya no necesitan trasladarse a los países de origen, pues utilizan redes sociales como TikTok, Instagram y Facebook para acercarse a las jóvenes. «Se acercan a las jóvenes en la adolescencia con vestidos de amigos tiernos, de chavales jóvenes de su edad, con mucho cariño», advierte Lozano.
La vulnerabilidad de las víctimas de explotación
Lozano subraya que no existen perfiles específicos para las víctimas de explotación sexual, sino que se trata de situaciones. «¿Y cuáles son las situaciones? Lo de siempre: la pobreza, la desafección, la falta de oportunidades, la violencia de género. Todo eso es lo que hace muy vulnerable a un ser humano», afirma.
Reflexiones sobre el contenido digital
En relación al contenido de plataformas como OnlyFans, Lozano opina que debería considerarse «contenido sexual». A su juicio, este tipo de plataformas disfrazan el contenido de «muy moderno y muy cool», pero quienes consumen mayoritariamente son hombres.
Acceso a la pornografía entre los jóvenes
Por otro lado, Lozano sostiene que «no se puede impedir» que los jóvenes accedan a la pornografía, ya que son «nativos digitales» y esta información llega a sus móviles. «No puedes impedir el acceso a la pornografía», argumenta, aunque cree que es posible educar a los jóvenes para que la vean con un pensamiento crítico y comprendan que el sexo es una relación compartida.
La autora sugiere que se otorguen dispositivos a los niños «lo más tarde posible» y que se mantenga una comunicación abierta sobre sexualidad. «Si nosotros no somos su referente, ¿quién es el referente? La pornografía», destaca, enfatizando que en muchos casos, los jóvenes no buscan este contenido, sino que les llega de manera involuntaria.
La prohibición de la pornografía
Al ser preguntada sobre la posibilidad de prohibir la pornografía, Lozano se muestra a favor de restringir su acceso a edades tempranas. «La pornografía es muy bestia, es muy agresiva y genera mucha violencia», resalta.
Falta de voluntad política para combatir la trata
Finalmente, Lozano comenta su colaboración con un grupo de expertos en la ley integral contra la trata, actualmente en desarrollo por el Ministerio de Igualdad. Sin embargo, critica la falta de «voluntad política» para abordar este problema. «Estamos escuchando todo el día ‘vamos a hacer, somos abolicionistas’, pero no pasa nada», concluye, haciendo hincapié en la necesidad de seguir luchando, pues la educación es una de las claves más importantes en esta lucha.
