El Centro de Educación Infantil y Primaria ‘San Lucas y María’ de Toledo se encuentra en plena búsqueda de voluntarios, fundamentales para implementar sus exitosas iniciativas educativas, las cuales han sido desarrolladas a lo largo de varios años en el marco de un proyecto de comunidad de aprendizaje.
La importancia del voluntariado en la educación
Elena Cabeza, jefa de estudios del centro, ha compartido con Europa Press que «la ilusión de estas personas hace realidad nuestros sueños. Sin ellas, la comunidad no puede continuar». Este colegio es el único público ubicado en el Casco Histórico de Toledo, y en él, tanto familias como docentes y otros miembros de la comunidad se convierten en agentes activos del proceso educativo, sin que el profesorado pierda su rol esencial. La participación de voluntarios potencia las interacciones, mejorando así tanto la convivencia como el aprendizaje.
Iniciativas educativas que necesitan apoyo
Para llevar a cabo sus proyectos, el centro cuenta con diversas iniciativas que requieren la colaboración de voluntarios. Entre ellas se encuentran los grupos interactivos, las lecturas de pasillo y la biblioteca tutorizada. Los grupos interactivos permiten que las clases se abran a la participación del voluntariado, facilitando actividades dinámicas donde se imparten contenidos académicos de forma lúdica. El objetivo es que los estudiantes desarrollen habilidades relacionadas con la convivencia y la inclusión, tales como compartir, ayudar y colaborar.
Las lecturas de pasillo ofrecen a los alumnos la oportunidad de salir del aula para leer en voz alta junto a un voluntario, mientras que la biblioteca tutorizada se lleva a cabo dos días a la semana fuera del horario escolar, brindando apoyo en tareas, reforzando aprendizajes y fomentando la lectura compartida.
Un llamado a la comunidad
Cabeza enfatiza que «la comunidad de aprendizaje San Lucas y María necesita voluntariado para sobrevivir» y anima a todos a sumarse a este proyecto comunitario, que resulta transformador para el barrio. Para convertirse en voluntario, no se requieren requisitos específicos; cualquier persona interesada puede aportar su ayuda.
Experiencias de voluntarios
Entre los voluntarios se encuentran Sara, Mari Cruz y Julio, quienes han contribuido a fomentar el intercambio de conocimientos y relaciones intergeneracionales, además de construir un sentimiento de pertenencia en la comunidad. Sara Merino, madre de una alumna, comparte que ser voluntaria le ha permitido ser testigo del esfuerzo y la progresión del alumnado, lo que le hace sentir parte de esta comunidad. «Es muy enriquecedor», afirma.
Por su parte, Mari Cruz Caballero Pina expresa su orgullo por formar parte del voluntariado en San Lucas y María, destacando que en este centro se imparte educación para formar personas. «Empecé porque me lo comentó una amiga que trabajaba en el colegio. Invito a participar a todas las personas que quieran poner su granito de arena para que tengamos un mundo más amable y más justo. Vale la pena. La infancia necesita atención», sostiene.
Finalmente, Julio Ugena, quien lleva años colaborando, resalta que en las comunidades de aprendizaje se elimina la competitividad entre los estudiantes. «Sería bueno extender este modelo a otros niveles educativos, porque necesitamos una sociedad más comprometida, más solidaria y menos competitiva», concluye.
Con estas voces, se invita a todos los interesados a involucrarse en este significativo proyecto, convencidos de que con el voluntariado «se recibe más de lo que se da», contribuyendo así al enriquecimiento del colegio ‘San Lucas y María’ en el corazón del antiguo Toledo.