La jugadora de la selección española de waterpolo, orgullo del pueblo de Navalcán, admite que la vuelta a la rutina les ayuda a «poner otra vez los pies en el suelo» después de lograr la medalla de oro olímpica el pasado verano, un éxito que supuso «la guinda del pastel» para un equipo cuyas componentes están «enamoradas» de su deporte.
«De momento todavía estamos poco a poco asimilándolo. Creo que también volver a la rutina nos hace otra vez poner los pies en el suelo y es lo que estamos haciendo, volviendo a entrenar, y hemos tenido muy pocas vacaciones. Llevamos tres semanas entrenando a tope, así que otra vez de vuelta a la rutina y de vuelta a todo», señaló Peña en la Gala de la Real Federación Española de Natación (RFEN) de finales de septiembre.
Lo que tiene claro es que el oro de París «ha sido la guinda del pastel» y el punto culminante a nivel personal «a una carrera superbonita». «Personalmente, tras 20 años en la selección ha sido como terminar con esto y no todos los deportistas pueden, aunque también entrenan igual y a veces por situaciones diferentes no llegan. A nosotros nos ha llegado el momento y encima hemos ganado, así que más orgullo es imposible», expresó.
La de Navalcán reconoció que ha sido un verano «espectacular» para el waterpolo femenino con los triunfos también en las categorías inferiores donde lo han ganado «todo». «También hay que reconocer que se ha trabajado muy bien y que sabiendo esto se seguirá trabajando en esta misma línea», advirtió.
Pero esta selección femenina y veteranas como ella, Laura Ester, Anni Espar o Maica García se ha convertido en un referente para las siguientes generaciones, incluida la que ya ha llegado al equipo que entrena Miki Oca. «Claro, todo lo que he aprendido yo durante todo este camino he intentado transmitírselo a ellas y ahora tienen que seguir haciendo lo mismo y todo lo que han aprendido de todos estos éxitos», comentó.
«Evidentemente, somos guerreras y nos gusta ganar, pero es que estamos enamoradas de nuestro deporte. Al final nuestro deporte es una familia y lo que más te gusta, lo que más quieres y lo que más valoras es el día a día y para mí esa es mi motivación», recalcó Peña sobre cómo mantener ahora la ambición tras haber cerrado el palmarés en poco más de una década.
Volviendo al torneo olímpico, no olvida lo vital que fue ganar a los Estados Unidos el grupo y quitarse «esas espinas clavadas» con una de sus ‘bestias negras’. «Pero bueno, luego quedaba todavía muchos Juegos y en ningún momento dijimos una palabra de más ni de menos, solamente con las miradas, entre todas nos entendíamos y hasta el último día no nos desfogamos. El partido de Estados Unidos, los cuartos, las semifinales y los penaltis, y la final que disfrutamos muchísimo todas», indicó.
Peña también formaba parte de la selección que hizo historia en 2013 al proclamarse campeona del mundo en Barcelona, un éxito que «fue espectacular porque fue en casa y fue una de las primeras medallas». «Recuerdo ese oro con mucho amor, mucha ternura y mucho cariño, pero sí que es verdad que unos Juegos Olímpicos son cada cuatro años y cuesta muchísimo más, y después también de nuestro recorrido, lo ves de otra manera diferente, pero a la vez igual de gratificante», confesó.
«Lo bueno de unos Juegos Olímpicos es que lo ven muchísima más espectadores y podemos llegar a muchísima más gente, de hecho nuestro deporte hasta que no llega a los Juegos mucha gente no sabe cual. Entonces, para nosotras es como un escaparate y el haber podido conseguir medalla en París es una gratificación y una manera de que todo el mundo conozca todo lo que hacemos nosotros día a día», sentenció.