El Juzgado Mercantil número 1 de Toledo ha perdonado una deuda de 156.775 euros a un matrimonio que enfrentó una crisis financiera tras el cierre de su centro de desarrollo infantil debido a la pandemia del coronavirus. La deuda correspondía a 87.520 euros en el caso del hombre y 69.255 euros en el de la mujer. El juez, amparado en la Ley de la Segunda Oportunidad, exoneró a ambos del pasivo insatisfecho.
El origen de las deudas se remonta a junio de 2019, cuando la pareja abrió un centro de desarrollo infantil a través de una franquicia, que contaba con siete empleados. Para su puesta en marcha, solicitaron financiación destinada a reformas y equipamiento. A pesar de contar con unos ahorros iniciales de 60.000 euros, el matrimonio decidió financiar una parte del proyecto para garantizar el correcto funcionamiento del negocio.
Sin embargo, la pandemia golpeó inesperadamente su actividad. “Éramos conscientes de que los meses de verano serían bajos, pero en septiembre esperábamos volver a la normalidad. La pandemia lo cambió todo, las restricciones nos dejaron sin ingresos”, señala el hombre.
El cierre definitivo del negocio ocurrió en octubre de 2020. A pesar de haber saldado todas sus deudas con Hacienda y sus trabajadores, el matrimonio no pudo hacer frente al resto de sus obligaciones. La situación se agravó debido a las necesidades económicas de la familia, ya que tienen dos hijos menores con necesidades especiales. “Nos quedamos sin ingresos, pasamos de tener ahorros a no poder cubrir los gastos de nuestra vivienda”, lamenta la pareja.
Ante la complicada situación, el hombre decidió buscar soluciones en Internet y se topó con el Foro de la Ley de la Segunda Oportunidad, administrado por la abogada Marta Bergadà. Tras leer sobre esta herramienta legal y consultar varios despachos, en febrero de 2023 iniciaron el proceso con Bergadà Abogados.
El procedimiento se extendió por año y medio, debido al colapso judicial en Toledo y la huelga de los Letrados de la Administración de Justicia (LAJ). Finalmente, el juzgado exoneró al matrimonio de la deuda, lo que supuso un alivio enorme para la familia. “Cuando me informaron que nos habían perdonado la deuda, no lo podía creer. Llamé a mi mujer inmediatamente, fue un momento de máxima felicidad”, comenta el hombre.
El matrimonio ahora mira al futuro con optimismo, destacando que esta experiencia les ha enseñado valiosas lecciones y les permitirá disfrutar más de la vida al estar libres de deudas.