La salida de la etapa 13 de la Vuelta Ciclista a España ha vuelto a estar protagonizada este viernes por los manifestantes en defensa de Palestina y que, esta vez en el municipio cántabro de Cabezón de la Sal, han exigido la expulsión del equipo Israel-Premier Tech tras haber hecho una cacerolada y haber ondeado banderas y carteles con consignas e imágenes de población afectada por la guerra en Gaza.
Tras estar durante la víspera en la salida de la etapa 12 en Laredo y la llegada en Los Corrales de Buelna, las protestas se movieron a Cabezón de la Sal, desde donde cerca de las 12.00 horas partió el recorrido para dirigirse a la meta del L’Angliru en la comunidad vecina de Asturias.
Los manifestantes se citaron junto al Ayuntamiento del municipio a las 10.00 horas para organizarse e ir hacia la zona de salida, donde una hora después comenzó ese ruido de cacerolas, tambores y silbatos junto a gritos en contra de Israel y también contra la organización de La Vuelta.
«Israel asesina, La Vuelta patrocina», «boicot a Israel», «no es una guerra, es unidas genocidio» fueron algunas de las proclamas más repetidas, unidas a carteles con lemas como «Stop genocidio en Gaza» o «Desde el río hasta el mar Palestina libre será». Y al igual que había ocurrido este jueves, los manifestantes se quejaron de haber encontrado tapadas algunas de sus pintadas a favor del pueblo palestino.
CORTE DE LA COMITIVA CICLISTA
En un comunicado, Acción por Palestina Cantabria dijo que las protestas se habían desarrollado durante el trayecto de la carrera a su paso por Cantabria e incluso se había producido un corte de la comitiva ciclista en la salida neutralizada a unos centenares de metros del casco urbano, dirección a Treceño, y que duró unos «significativos» segundos.
El colectivo detalló su espera simultánea al paso de los corredores por San Vicente de la Barquera y denunció que agentes de la Guardia Civil «intimidaban» a quienes portaban banderas de Palestina, «requiriéndoles su documentación e incluso en algún caso su número de teléfono».
«Esta censura -e intimidación- se suma a otras como las del borrado de pintadas en el asfalto con mensajes de apoyo a Palestina o las que repudian la presencia del equipo representante israelí, e incluso el decomisado de banderas palestinas», rechazó Acción por Palestina Cantabria.
Luego tildó esos actos como «vulneración a la libertad de expresión, el derecho a la defensa de los Derechos Humanos y el derecho a la protesta». Por último, el colectivo ensalzó la «masiva» respuesta de la ciudadanía cántabra por haber «estado a la altura de las circunstancias al mostrar su solidaridad con el pueblo palestino, denunciar el genocidio que comete el estado de Israel contra aquella población y señalar el cinismo de las instituciones implicadas al permitir que el equipo Israel-Premier Tech continúe pese a su claro propósito de ‘limpieza de cara’ de una entidad que a día de hoy sigue asesinando a miles de personas en Palestina».