La jugadora de la selección española y el Casademont Zaragoza Mariona Ortiz destaca que «todas» las integrantes del combinado nacional son «importantes» y aprenderán de la experiencia del Eurobasket de este verano, porque son «tanto alumnas como profesoras», y espera que la combinación entre la «energía» de las más jóvenes y la «experiencia» de las más veteranas genere esa «simbiosis».
La base, de 33 años, está ilusionada, como las más jóvenes, ante su primer Eurobasket. «Una gran parte del equipo es joven, eso da una vitalidad y unas ganas, ilusión, ganas de jugar, de energía renovada, que viene muy bien», analizó, descartando que una temporada saturada de partidos afecte al rendimiento. «Ya tengo cierta experiencia y cierta edad, empiezo a conocer mi cuerpo. Me hace también tanta ilusión, y eso está por encima del cansancio», explicó.
«Mi primer torneo fueron los Juegos. Entonces ya dije, ‘no está mal'», bromeó la de Calella, que le llega esta oportunidad con mucha madurez, algo que considera como un punto a favor. «Me ayuda bastante que en mi club tengo un peso bastante importante. Aquí todas somos muy importantes y creo que lo del peso más y menos no va a afectar mucho, sino que vamos a aprender, nos vamos a ayudar las unas a las otras, vamos a ser todas tanto alumnas como profesoras, y eso es muy ilusionante», defendió.
Por esto, Ortiz cree que su misión es «ayudar en lo máximo que pueda» y en lo que el seleccionador, Miguel Méndez, le pida. «Soy de las mayores y es verdad que tengo esa experiencia, pero creo que puede haber una simbiosis en el sentido de que todos podemos aprender de todos. Y yo creo que nosotras podemos aportar experiencia, pero ellas nos pueden dar energía, es una combinación que puede salir muy bien», reiteró.
«LAS JÓVENES TIENEN HAMBRE, YO AYUDARÉ EN LO QUE PUEDA»
«Me encuentro en un momento personal muy bueno, y creo que es consecuencia de un camino donde ha habido muchos tropiezos, muchos aprendizajes y, sobre todo, mucha experiencia. Entonces, me llega en un punto donde llevo ya casi 16 temporadas jugando a baloncesto, ya sé de qué va. Me alegro de que haya llegado y me alegro de estar aquí», remarcó.
Ahora, Ortiz, con 17 internacionalidades, debe ejercer como una de las líderes en su posición de base, junto a algunas de las jugadoras más jóvenes, como Yyana Martín, de 19 años. «Tienen mucha hambre, eso es muy importante. Todos hemos visto que son jugadoras de una gran calidad, con ganas de mejorar, de seguir creciendo. Y, sobre todo, son jugadoras que han jugado en equipos de arriba en la Liga Endesa. Entonces, no sé si voy a poder enseñar mucho, pero voy a ayudar en lo que pueda», valoró sobre su rol.
Y es que el camino de Ortiz ha sido diferente, haciéndose con un sitio superada ya la treintena. «Hay un punto de estar en el momento adecuado, en el sitio adecuado, porque cuando yo era más joven, había una generación en la selección española con Laia Palau, Silvia Domínguez, Cristina Ouviña, había una calidad espectacular. Ahora hay un cambio generacional, ha salido esta oportunidad, y han sido capaces de estar a un nivel espectacular, eso les ha abierto las puertas», opinó.
«A mí me ha llegado cuando me tenía que llegar, y entendí que nunca tengo que comparar caminos, cada una tiene el suyo y todos están bien, todos son lícitos, siempre y cuando tú estés bien contigo misma, y seas consciente de que has hecho todo lo que has podido en todo momento, y con eso estoy muy tranquila», agregó.
«TRABAJO MUCHO PARA NO SOLO SER MEJOR JUGADORA, TAMBIÉN MEJOR PERSONA»
Aunque le cuesta decir que es una currante del baloncesto. «Está mal que lo diga yo de mí misma, no lo sé», apuntó. «Lo que sé es que nunca he dejado de trabajar y que he trabajado mucho en la sombra, ya no solo a nivel deportivo, sino a nivel personal, de trabajo con psicólogos, y de tratar de ser, ya no solo la mejor jugadora posible, sino también la mejor persona», reveló.
Y ese proceso no ha sido fácil, con «muchos momentos» en los que no disfrutó del baloncesto, hasta que apareció Zaragoza. «En mi carrera ha habido momentos en los que jugaba más por inercia que por el disfrute de algo que me apasiona. En Zaragoza confiaron en mí en un momento donde nadie tenía por qué hacerlo. Me pusieron todas las facilidades posibles y me considero una persona muy leal y agradecida, y mi manera de agradecerlo de vuelta ha sido mostrando el nivel que he hecho», confesó.
Ahora, es una integrante del equipo que defenderá en el Eurobasket del 18 y el 29 de junio la plata continental lograda en el último torneo por España. «El listón lo pongo en el día a día. Con los años me he vuelto muy precavida en ese sentido, y muy del día a día, de entender que al final un objetivo final pasa por el primer partido, y a medida que vaya pasando iremos pensando en el segundo, y hasta donde lleguemos», dijo cautelosa.
«Los valores que transmite la Familia son valores que comparto. Esas ganas de ganar, esa competitividad, de no dar nada por perdido, de luchar todo el partido. Todas las jugadoras españolas lo tenemos dentro, sale de manera natural», explicó como una de las claves para pelear contra las mejores.
Finalmente, lamentó las ausencias de jugadoras con «mucho peso» en el juego del equipo, como María Conde o Megan Gustafson. «Lo bueno es que, cuando pasan estas cosas, hay otras que dan un paso adelante, y además cuando tienes jugadoras de tanta calidad, yo no creo que habrá ningún problema de jugadoras que puedan dar un poco más. La situación es la que es, lo mejor es entenderla y sacar de ella lo máximo posible», concluyó.