El español Javi Vega afronta como nuevo piloto del equipo KOBE el Rally Dakar 2025, una carrera «70% mental y 30% físico» en la que «si no tienes una cabeza un poco amueblada, se te puede ir la olla», al mismo tiempo que confesó haber renovado su «ilusión» para «apretar más» en la categoría Original by Motul.

«Para mí, el Dakar es un 70% mental y 30% físico. Creo que una persona que monte en moto cada semana, cada fin de semana, está preparado para acabar un Dakar. Pero si no tienes una cabeza un poco amueblada, se te puede ir la olla y agobiarte por circunstancias o por heridas tontas que te hacen tirar la carrera. Entonces, hay que estar bastante tranquilo con todo», advirtió el piloto de Pont Grup en una entrevista a Europa Press.

Vega, odontólogo de profesión y ex esquiador profesional, afronta su séptimo Dakar, el sexto consecutivo en la Original by Motul, en la que son los pilotos los que se encargan de todo, sin asistencia mecánica. «Es la carrera del año, es lo que estamos esperando todo el año, entrenando para ello. Ahora ya dejamos un poco de montar en moto, estamos más relajados, más gimnasio, más físico, bici, se empiezan a notar los nervios», expresó a solo días de comenzar el Dakar, que se disputa del 3 al 17 de enero en Arabia Saudí.

Esta categoría que exige al máximo a sus participantes no permite a Vega disfrutar de la carrera como cuando iba de mochilero con su pareja Sara García. En 2020 lograron que fuera la primera mujer en acabar en la clase sin asistencia. «Los cuatro primeros Dakar iba de mochilero con Sara y disfrutaba más. Podía ver paisajes, disfrutar más de la carrera», afirmó.

«Cuando te planteas el objetivo de competir, es totalmente diferente. Ahora estudió recorridos, un poco más táctica para poder ir mejor. Sí que es verdad que yo entro a participar, pero también entran otros cuatro o cinco pilotos buenos que estaban en ‘stand-by’ como yo. No va a estar tan fácil», analizó Vega, que tiene como mejor resultado en la categoría un segundo puesto en 2023.

«IR SOLO EN EL DAKAR ES UN DESGASTE MENTAL BRUTAL»

Ahora, el español llega «con ilusiones renovadas» después de cambiar de equipo y pasar a competir este año con KOBE, un equipo chino que se ha expandido en el motorsport en los últimos años y contará con 12 motos en esta edición. «Me apetece mucho. Este año voy a poder competir en la categoría y puntuar. Llevo todo el año entrenando para hacerme a la moto, a la moto nueva. Ahora, al poder puntuar, voy a poder apretar más, y antes solo pensaba en la mecánica, mantenerla», dijo.

«Yamaha lleva dos años que había desaparecido el equipo oficial. Nosotros estábamos aguantando. El año pasado ya llevaba poquito recambio, tuve una caída el segundo día y llevé la moto un poco destrozada todo el Dakar. Allí hice contacto con KOBE y me pareció una empresa más pequeñita, con muchas ganas, muy optimistas a la hora de hacer la moto y sobre todo que cuentan mucho conmigo a la hora del desarrollo», agradeció.

Su experiencia de los últimos seis años le permite valorar como «importante» la evolución desde dirección de carrera para ir «renovándola» año tras año, ya que se disputa en un mismo país, Arabia Saudí, desde 2020. «Al final, sería un poco monótono», reconoció. «Necesitan darle una vuelta de tuerca, con la etapa de 48 horas, maratones, cositas así», elogió.

Aunque, «el ambientillo de carrera no tiene nada que ver» con las ediciones en Sudamérica, donde se «vivía mucho». «Aquí en Arabia, se ve más gente, en la meta, grabando con los móviles y todo, en los últimos 10 kilómetros de cada día llegan muchos 4×4 de gente que quiere verlo y hay huellas para todos los lados», reveló.

«Se navega mejor y vas más concentrado si vas solo, pero es un desgaste mental brutal, entonces si te juntas no te cansa tanto mentalmente porque si tienes a uno delante, tienes la referencia de todo, desde navegación a cómo desaparece detrás de una duna y todo, entonces puedes ir un poquito más relajado», comentó sobre la soledad sobre la moto.

Además, ahora el Dakar es una carrera mucho más «al esprint». «Está cambiando bastante, antes era para personas más mayores, que habían acabado su disciplina de enduro o de lo que sea, y ahora la generación que va a venir son chavales de 20 años que lo que quieren es correr, no hace falta tener tanto en la cabeza lo de aventura, sobrevivir, la brújula y el mapa», opinó.

«En Original sí que nos pidieron un poco de opinión de cómo veíamos la categoría y que se estaba un poco ablandando, y este año han puesto unas normas (más duras). No te dejan apuntar un familiar, porque metían repuestos y te los podían dar en carrera, o te ayudaban a hacer la tienda de campaña, la maleta. Ahora nos van a marcar las ruedas también, nos dejan seis juegos, y las tenemos que cambiar nosotros, no podemos salir del recinto», explicó.

Finalmente, resaltó ese factor suerte, incluso para los que van a ganar el Dakar. «Ganar un Dakar e no se plantea aquí sobre la mesa, tú te lo planificas todo lo bien que puedes, pero el día a día te hace construir la carrera día a día, es muy difícil planificarte para ganar. Te preparas para ello, intentas solventar todo lo que puedas, pero siempre van a pasar cosas», concluyó.