En sus cuartos Juegos Olímpicos juntos, los veteranos Pablo Herrera, 42 años, y Adrián Gavira, 36, se enfrentarán al vencedor del enfrentamiento de los octavos entre los estadounidenses Evans-Budinger y los noruegos Mol-Sorum por alcanzar las semifinales y acceder a la lucha por las medallas en París.
Fue un encuentro muy igualado entre dos parejas que tan sólo se habían enfrentado en dos ocasiones, con un triunfo para cada una de ellas ambas en 2022, y que tomaron muchos riesgos en el saque en un primer parcial en el que los españoles llevaron la iniciativa desde el primer punto.
Un 6-3 y 15-12 para la pareja más longeva del circuito mundial –15 temporadas juntos– parecía decidir la manga para España, pero ésta no se decidió hasta el tramo final en el que ambos dúos dispusieron de una pelota de set, y que se decantó (23-21) para Herrera-Gavira por un error en el saque y un remate fuera de los polacos.
Igualmente ajustada fue la segunda manga (13-13) hasta que un bloqueo de Gavira dio una mínima renta (15-13) para la pareja española que la mantuvo hasta el final y que se impuso con un saque directo del gaditano (21-18).
Los ‘abuelos’ del vóley playa mundial siguieron agrandando su leyenda bajo la Torre Eiffel. Desde la plata con Javier Bosma en Atenas 2004, Pablo Herrera nunca había superado el cruce de los octavos de final en los siguientes Juegos, y ahora, junto a su inseparable Adrián Gavira, quiere alargar aún su sueño olímpico.
LAS SUBCAMPEONAS DE EUROPA, A CUARTOS POR VEZ PRIMERA
Por su parte, las subcampeonas de Europa Daniela Álvarez y Tania Moreno consiguieron, por vez primera en la historia en categoría femenina, la clasificación para los cuartos en un encuentro igualmente equilibrado que se decidió en el ‘super tie-break’.
Un 3-0 favorable a las españolas ya avisó de que podía acabar el maleficio de los octavos del vóley playa femenino nacional, pero fue el prólogo de la reacción de las jugadoras de Países Bajos, que se anotaron tres puntos seguidos tras el 17-17 y sentenciaron el set en su primera oportunidad.
En el segundo parcial, parecía que se repetía el guion por la mejora de las españolas en la recepción, que les dio una ventaja inicial de 5-2, pero las neerlandesas remontaron hasta un 14-18, que voltearon la madrileña y asturiana con un parcial de 7-1 para llevar el partido al super ‘tie-break’: 21-19.
En la manga definitiva se llegó con 9-9 al tramo decisivo y una serie de 5-2 por la efectividad de los remates de Moreno y la superioridad en la recepción permitieron a las españolas disponer de su primera pelota de partido con 14-11. Pese a la reacción rival una fina de Daniela Álvarez hizo historia: 15-11. Nunca antes el vóley playa había tenido a una pareja masculina y femenina en los cuartos.