El FC Barcelona ha conquistado este domingo su cuarto título de la Supercopa Ibérica, cuya cuarta edición se ha disputado este fin de semana en el Centro de Desportos e Congressos de Matosinhos (Portugal), después de ganar al Sporting de Lisboa en la final por 35-34 (31-31 y 4-3 en los 7 metros).
Ambos equipos se fueron tanteando en los primeros compases de un partido que amenazaba con ser largo. Empezaron mucho mejor los culés, encontrando en el pivote a Luis Frade con facilidad para sumar goles. Pero el Sporting subió prestaciones defensivas y eso le valió para hacer transiciones ofensivas y castigar con goles fáciles al contraataque.
Solo la actuación de Emil Nielsen evitó males mayores para un Barça que al descanso perdía por 13-15. A la vuelta de vestuarios, el guion de la primera parte se invirtió y el Barça domó a su adversario desde la defensa, con la excepción de Víctor Romero y su capacidad de anotar desde los seis metros, para liderar los blaugranas en el marcador.
Timothey N’Guessan y sus lanzamientos de ocho metros voltearon un escenario (24-23, min.45) de creciente tensión e intercambios constantes en el marcador. Pese a que los lisboetas dieron un arreón y se pusieron con dos goles de ventaja, N’Guessan apareció otra vez para resucitar al Barça y forzar los penaltis tras el 31-31 del tiempo reglamentario.
En esa tanda, Aleix Gómez y Orri Porkelsson erraron los dos primeros disparos. Desde ahí, todo aciertos hasta que Viktor Hallgrimsson se vistió de héroe deteniendo el lanzamiento definitivo de Carlos Álvarez y que selló el 35-34, añadiendo un trofeo más al nutrido palmarés blaugrana.