Carlos Velázquez, alcalde de Toledo, ha expresado hoy su agradecimiento por haber sido elegido pregonero de la LXVI edición de la Fiesta del Olivo en Mora, Toledo. “Como moracho que me siento, porque mis raíces están aquí en Mora, mis abuelos están enterrados en este pueblo, mis padres tienen una vivienda aquí y yo pasé muchas semanas de mi infancia, mi niñez y mi juventud en este pueblo que se vuelca con una fiesta que tiene ya casi 70 años”.
Velázquez ha destacado la resiliencia y el espíritu comunitario de los habitantes de Mora, “de muchísimas generaciones que supieron pasar página de una etapa muy difícil para unirse”.
Según el alcalde, esta unión es significativa y va más allá de la simple celebración agrícola, “nos une la fiesta y nos une las tradiciones, nos une el campo y nos une la jota moracha para bailar en pos de la recolección tan importante además que se espera este año”.
Ha mostrado su gratitud hacia el alcalde actual, el equipo de gobierno y la corporación municipal “por acordarse de Toledo y de su alcalde con raíces morachas para ser el pregonero y dar el pistoletazo de salida a esta nueva edición de la Fiesta del Olivo de Mora”.
En su discurso, Velázquez rememoró las raíces históricas y culturales de esta tradición con la que “nuestros antepasados celebraban el final de la recolección de un fruto que da la vida a todo un pueblo, y que ha labrado su cultura en torno a él”. La fiesta es actualmente reconocida como Fiesta de Interés Turístico Nacional.
Hizo referencia también a la transmisión generacional de las costumbres, destacando un momento crucial de conexión: “nos cogió fuertemente de la mano para que agarráramos tradiciones como ésta que celebraremos este fin de semana. Porque llega un momento en la vida en el que contamos más anécdotas de las que fabricamos. Y es ahí, cuando los hijos nos convertimos en la memoria de nuestros padres; y a los nietos nos toca revivir los recuerdos de nuestros abuelos”.
El pregón, impregnado de nostálgicas remembranzas infantiles, concluyó con un emotivo reconocimiento a la identidad de Mora: “es aceite de oliva virgen, es vino y el arte de la vendimia, es la Virgen de la Antigua, y el Cristo de la Vera Cruz, pero también es orgullo y tradiciones y más que nada, su gente, Mora es un pueblo acogedor como pocos, y todo aquel que viene acaba sintiéndose como en casa. Y donde está su gente y donde se vive su gente y donde se conoce su gente y donde se disfruta más que en ninguna parte de su gente, es sin lugar a dudas en la Fiesta del Olivo”.