El Comité Técnico de Árbitros (CTA) de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) ha reconocido que «la sanción más ajustada» en la acción que acaba con la expulsión de Dean Huijsen en el partido entre la Real Sociedad y el Real Madrid en Anoeta hubiese sido la tarjeta «amarilla», aunque cree que el VAR «actuó correctamente» al no corregir la decisión del árbitro Jesús Gil Manzano al entender que no era un error «claro, obvio y manifiesto».
La portavoz del CTA Marta Frías explicó todo lo ocurrido en el programa ‘Tiempo de Revisión’, que publica el organismo tras la jornada. «Esta jugada nos muestra la diferencia entre un ataque prometedor y una ocasión manifiesta de gol. El concepto clave es que la interpretación de la presencia y la distancia de un segundo defensor puede cambiar la sanción», indicó.
El defensa madridista fue expulsado en el minuto 32 del encuentro celebrado en Donosti después de cometer una falta sobre Mikel Oyarzabal, al entender el colegiado que era una ocasión manifiesta de gol; el conjunto de Xabi Alonso protestó la decisión por entender que Éder Militao estaba cerca y que, por tanto, no era el último hombre.
«El árbitro muestra roja directa al entender que se malogra una ocasión manifiesta de gol. La acción presenta dos posibles escenarios en función de un segundo defensor del Real Madrid, clave en la jugada. Si consideramos que podía llegar a disputar el balón, la sanción adecuada sería tarjeta amarilla por ataque prometedor. Si, como interpretó el árbitro, la distancia hacía imposible esa disputa, se trataría de una ocasión manifiesta de gol, castigada con expulsión. Estos dos escenarios quedan abiertos a la interpretación», analizó Frías.
Además, desveló la opinión del CTA. «Por ello, este comité entiende que no se cumplen el 100% de los condicionantes necesarios para DOGSO -Denying an Obvius Goal Scoring Opportunity, es decir, ‘Negar una evidente oportunidad de gol’- y que la sanción más ajustada hubiera sido tarjeta amarilla», afirmó.
«En cuanto al VAR, conviene recordar que sólo intervienen errores claros, obvios y manifiestos. Esta jugada entra dentro de lo que denominamos lances grises, aquellos que admiten más de una interpretación. Por tanto, la decisión debía quedar en manos del árbitro principal y el VAR actuó correctamente», subrayó.
Por otra parte, el CTA analizó también la anulación de un tanto a Sergi Altimira en el Levante-Real Betis por una falta previa. «Si una falta ocurre antes de que el balón entre en juego puede invalidar la acción completa. En el área del Levante se produce un empujón justo antes de que se ejecute un córner. La jugada concluye en gol del Betis e intervención del VAR», señaló.
«En el monitor se muestran dos elementos. Primero, la posible falta, para que el árbitro de campo decida si es sancionable y si el empujón provoca. la caída que hace al defensor perder su posición. Y segundo, que el balón no estaba en juego en ese momento y, por lo tanto, el córner debería repetirse. Es en este segundo punto donde se pueden generar dudas, pero el protocolo del VAR es claro: si antes de que el balón se ponga en juego, un delantero comete una falta clara y evidente sobre un defensor que le impide cumplir su función, el VAR llama al árbitro al monitor para que juzgue la acción», manifestó.
«La clave de esta jugada es que el Levante defendió el córner con un jugador menos y recibió un gol en contra. El procedimiento desde la sala VOR, por tanto, fue perfectamente aplicado», aclaró.
Por último, analizó una falta del futbolista del Real Oviedo Dani Calvo sobre el delantero del Getafe Borja Mayoral, que no fue sancionada con tarjeta. «Esta jugada nos sirve para explicar la diferencia entre una entrada fuerte y un juego brusco grave», apuntó.
«Un jugador del Oviedo entra sobre un rival del Getafe y la acción se sanciona como falta sin tarjeta. El contacto principal se produce sobre la superficie de la bota y con una intensidad no muy alta, lo que permite al defensor mantenerse en pie y controlar la acción. La mejor decisión habría sido falta y tarjeta amarilla, pero no roja. El VAR hizo bien en dejar a criterio del árbitro principal la resolución de la jugada al no tratarse de una acción de juego brusco grave, que conllevaría la tarjeta roja», finalizó.