El delantero francés del Real Madrid Kylian Mbappé confesó que «si no tuviera esta pasión» por el fútbol, sería un mundo que le «habría dado asco hace mucho tiempo», por lo que defendió que «jamás» le recomendaría a su hijo «que se adentrara» en el ecosistema de este deporte.
«No tengo derecho a fracasar. Pero por eso también te tienen en alta estima. Porque aceptas todo esto, eres resiliente y siempre quieres ganar. Nunca he querido aceptar el fracaso, así que no me molesta que me critiquen por ello. Soy muy exigente conmigo mismo, más exigente que la mayoría, así que lo tomo con mucha calma», dijo sobre las expectativas en una entrevista a L’Équipe recogida por Europa Press.
En una conversación íntima, el delantero se abre y deja ver su lado más personal, y considera que su fama y notoriedad también trae problemas. «Cuanto más dinero tienes, más problemas tienes. Hay gente que no ve que tu vida está cambiando; quieren conservar la imagen de cuando eras niño, cuando estabas con ellos… Pero ya no eres el mismo. Tienes responsabilidades, compromisos, un trabajo. Es bueno crecer, llegar a la cima, con la misma familia y una base de confianza. Pero a veces no funciona, y hay que saber decirlo», reflexionó.
«Soy fatalista con el mundo del fútbol, pero no con la vida. La vida es magnífica. El fútbol es lo que es. Me gusta decir que la gente que va al estadio tiene la suerte de venir ‘solo’ a ver un espectáculo y no saber lo que ocurre entre bastidores. Sinceramente, si no tuviera esta pasión, el mundo del fútbol me habría dado asco hace mucho tiempo», aseveró contundente.
Por esto, Mbappé deseó que si tiene hijos en el futuro, estos odien el fútbol. «Ojalá que sí. Pero creo que, por desgracia, un balón nunca estará lejos… En cualquier caso, jamás le recomendaría a mi hijo que se adentrara en el mundo del fútbol», dijo el atacante.
Además, abordó la posibilidad de que Zinedine Zidane sea el sustituto de Didier Deschamps tras el Mundial de 2026. «Con él, no hay necesidad de complicarse las cosas. Es Zidane. Nadie le va a decir que no. Solo él puede decir que no. Si es él, vale y si es otro, también. Pero es el único en la historia del fútbol francés que tiene casi todos los derechos», elogió.
Mbappé también respondió al asunto de la presunta violación denunciada en un hotel en Estocolmo y con la que se le relacionó, un caso que cerró la Fiscalía sueca y que no «preocupó» al futbolista. «Fue triste ver a todos aprovechándose de un tema tan serio. Les pasa a demasiadas mujeres, por desgracia, como para que nos lancemos a por ello para titulares y artículos», criticó.
«Nadie se tomó el tiempo de preguntar qué le pasó a la posible víctima. Y cuando todos vieron que yo no estaba en esta historia, ¿qué pasó? Está en la miseria, nadie sabe dónde está, nos da igual. Es un tema delicado y me entristeció. Sabía que iba a salir adelante porque no estaba involucrada, la policía nunca me llamó, mi nombre nunca se mencionó. Supe desde el principio que todo estaría bien, pero es complicado», agregó.
Finalmente, el delantero apeló a la «legislación labora» para tratar su litigio con el PSG, al que le reclama 55 millones de euros en salarios y primas impagadas. «Firmé un contrato de trabajo. Solo quería que me pagaran. No tengo nada contra el PSG, amo a ese club, tengo amigos allí. Pero es la única manera de conseguir lo que me deben, algo que me he ganado con el sudor de mi frente», defendió.
«Pero ya sabía que no cobraba cuando estaba en el PSG. Cuando no entra el dinero, lo ves. Podría haber armado un escándalo mientras estaba allí, pero me dije a mí mismo que no valía la pena. Pero cuando ves que no te pagan, después de un tiempo, tienes que reaccionar. Sólo que tú rápidamente apareces como el ex que está enfadado… Si se hubiera podido arreglar en una oficina, salgo, tengo mi sueldo, esta historia nunca hubiera existido», concluyó.