El jefe de los árbitros de la FIFA, el italiano Pierluigi Collina, elogió expresamente a los árbitros alemanes Max Burda y Cristian Ballweg por su actuación durante los incidentes racistas ocurridos en la primera ronda de la Copa Alemana.
«Con vuestra actuación tranquila, decidida y fiel a vuestros principios tras los insultos racistas, enviaron un mensaje claro y contundente: la discriminación y el odio no tienen cabida en el fútbol», reza una carta personal de Collina, según informó la Federación Alemana de Fútbol (DFB).
El mensaje del excolegiado fue la segunda reacción de la sede de la FIFA tras los incidentes, aunque esta vez fue mucho más amable. En una primera reacción, el presidente Gianni Infantino había criticado los incidentes y exigido a la DFB que los investigara a fondo.
«Nos pondremos en contacto con la Federación Alemana de Fútbol (DFB) y seguiremos de cerca estos incidentes», declaró el mandatario, que añadió que están «firmemente decididos a garantizar que los jugadores sean respetados y protegidos, y que los organizadores de la competición y las autoridades policiales tomen las medidas oportunas».
Tanto en el partido dirigido por Burda entre el Lok Leipzig y el Schalke (0-1 tras la prórroga) como en el encuentro entre el Eintracht Stahnsdorf y el Kaiserslautern (0-7) en Potsdam, arbitrado por Ballweg, los espectadores insultaron racistamente a los jugadores visitantes. La comisión de control de la DFB inició una investigación.
«Han dado un ejemplo importante para los árbitros de todo el mundo y habéis contribuido de manera significativa a la lucha común del fútbol contra el racismo», escribió Collina, de 65 años, que recordó que gracias a la aplicación consecuente del plan de tres pasos, los dos árbitros «no sólo cumplieron con los más altos estándares del arbitraje, sino que también encarnaron los valores de respeto y deportividad» que representan al fútbol.